martes, 4 de octubre de 2011

Aumenta la demanda de oro y plata físicos

Los mercados de oro y plata físicos parecen desligarse cada vez más de los mercados de oro y plata papel, en donde se comercia con derivados como los futuros y las opciones. Según datos de Reuters, en el 2010 la demanda de monedas de plata aumentó un 28% a 101,3 millones de onzas. Asimismo, recientemente la Royal Canadian Mint informó que calculaba que este año sus ventas de monedas de plata aumentarían en un 30% a 25 millones de onzas.

La huida de los inversores hacia los metales preciosos físicos parece imparable.

Esto beneficia sobre todo al oro y a la plata, ya que son los mejores valores refugio en tiempos en los que la crisis se recrudece y los riesgos sistémicos aumentan. En vez de pujar en los mercados de oro y plata papel, muchos inversores sienten cada vez más interés por adquirir y almacenar metales preciosos físicos. Los expertos opinan que con esta decisión los compradores se sienten más seguros, y por lo tanto más relajados. Nadie puede pronosticar las futuras repercusiones de los crecientes problemas de la deuda mundial. Si hace unos años parecía impensable dudar de la futura existencia del euro, hoy en día la discusión pública ha cambiado considerablemente. Incluso un análisis interno de la reconocida consultoría Boston Consulting Group señala que el mundo seguramente necesite un recorte drástico de la deuda para que los países industrializados tengan la posibilidad de volver a un crecimiento sostenible.

El año pasado no sólo aumentó la demanda de monedas de plata; el oro también se benefició mucho del miedo a un posible recorte de la deuda o una reforma monetaria. Según datos del Consejo Mundial del Oro (WGC) en el 2010, y en comparación al año anterior, la demanda de oro de inversión subió un 48% a 1.148,4 toneladas métricas. La alta volatilidad en los mercados globales de divisas y los desarrollos inflacionarios – como por ejemplo la continua monetización de la deuda por parte de los bancos centrales – apoyan esta tendencia. Con la compra de metales preciosos físicos, entre los que también cuentan el platino y el paladio, los inversores se aseguran contra la elevada volatilidad en los mercados de divisas, así como contra la devaluación monetaria causada por la inflación. Pero incluso en fases deflacionarias los metales preciosos se han mantenido firmes, como muestra el ejemplo de la Gran Depresión de los años 30. En este caso, los metales como el oro y la plata funcionan como un seguro ante la propagación de impagos, ya que la posesión de metales preciosos no está expuesta a pérdidas. Es hecho comprobado que a lo largo de los últimos 5.000 años el oro y la plata han sobrevivido a todos los sistemas económicos, y en tiempos inflacionarios incluso han llegado a reemplazar las divisas papel.

Por ello, la Royal Canadian Mint sigue mostrándose optimista. Las compras de plata física no sólo son muy altas, sino que además, y a pesar de que la plata estuviera al alza hasta finales de abril, apenas se han registrado devoluciones de material reciclable. Esta afirmación fue corroborada por los operadores en los mercados internacionales de materias primas. Informaron que a pesar de la fuerte caída de precios que ha sufrido el sector de los metales preciosos, desde principios de mayo no hay suficiente material físico en los mercados. Los inversores no están dispuestos a vender grandes cantidades de posiciones físicas.

La plata, el nuevo valor refugio

Bien sea por el elevado precio del oro o porque es un recurso limitado –el 40% de la oferta mundial proviene del reciclaje y no de las minas, lo cierto es que desde agosto de 2010, la plata está cobrando un papel primordial como valor seguro de inversión.

Aunque su adquisición se realiza por medio de los mismos vehículos que el metal amarillo, la penetración de la plata en el mercado de valores es aún pequeña. Se trata de un mercado con poca liquidez. No obstante, advierte de que, por lo general, el exotismo de este mercado hace que “el comprador de plata tienda a ser más sofisticado que el de oro”.

En septiembre de este año, la onza de plata ha alcanzado los 40 dólares, el doble que en septiembre del año pasado, y tres veces más que lo que cotizaba en 2008. Sin embargo, su precio ha caído también en las últimas semanas hasta situarse en torno a los 30 dólares. “El valor del oro y la plata está correlacionado. Cuando el oro disminuye, la plata lo hace también.

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